Ana Stefko es hija de inmigrantes En esta nota nos cuenta la historia de su mamá italiana y la de su papá, fuertemente vinculado a Italia.
Allá en Italia, nacía la madre de Ana María Stefko
Rafaella Franchini nació en Grottammare, en la provincia de Ascoli Piceno,en la región de Las Marcas el día 23 de agosto del año 1923. Con tan solo 2 años de edad, se mudó a la ciudad de Lecce en la región de Apulia donde vivían sus abuelos para que sean los encargados de cuidarla, ya que sus padres no podían hacerlo. Allí, tenían una confitería y panadería de su propiedad y Rafaella trabajó en el negocio familiar algunos años para poder ayudar y contribuir con sus abuelos que tanto esfuerzo hicieron para darle todo.
A los 17 años, regresó con sus padres que estaban viviendo en la ciudad de San Benedetto del Tronto. El encuentro fue extraño, ya que Rafaella no recordaba absolutamente nada de ellos y es como si los hubiera visto por primera vez. Una vez instalada, decidió buscar empleo y empezó a trabajar en una fábrica envasadora de pescado.
La historia de amor de Rafaella y Karol
A los 21 años de edad Rafaella conoció a su gran amor, un soldado de origen polaco nacido en la ciudad de Lipowa, llamado Karol Stefko. La pareja se conoció durante la Segunda Guerra Mundial en el hospital donde él estaba internado luego de haber combatido y ser gravemente herido en la Batalla de Montecassino en el año 1944.
Unos años antes y al comienzo del conflicto bélico, Karol estuvo detenido durante más de tres años en un campo de concentración ruso, en la región de Siberia.
Antes estuvo casado con una mujer que falleció siendo prisionera y de esta unión nació una hija llamada Wanda, quien estuvo muchos años viviendo con su tía y estuvo estudiando en distintos lugares como India y Estados Unidos.
El amor entre Karol y Rafaella fue instantáneo y muy fuerte. Al año siguiente la pareja contrajo matrimonio y ella se mudó al campo militar para estar junto a su esposo.
Hasta siempre bella Italia
El gobierno italiano ordenó que el matrimonio abandone el país porque no admitían el matrimonio de mujeres italianas con soldados extranjeros. Así fue que la pareja tuvo que elegir entre mudarse a África, Brasil o Argentina para continuar con su vida. Rafaella en ese entonces estaba embarazada de pocos meses. Karol siempre se caracterizó por ser un hombre instruido y amante de la lectura. Hacia algunos años habia leído sobre Argentina y se habia enamorado de su historia, paisajes y riquezas, por lo que decidió mudarse al país junto a su esposa.
Así fue que abordaron el barco inglés Empire Halberd en el puerto de Génova y decidieron partir hacia Argentina en septiembre del año 1947.
Rafaella tuvo que mentir respecto al tiempo de embarazo, ya que si sabían que estaba tan avanzado no podría viajar hasta despues de nacida su hija. Por ese motivo dijo que estaba de tan solo solo de cinco meses. Durante el viaje conocieron a otros matrimonios que estaban viajando y abandonando Italia por el mismo motivo que ellos.
Argentina, un nuevo hogar y el nacimiento de Ana Stefko
A los pocos días de pisar suelo argentino, Rafaella entra en trabajo de parto y Karol la trasladó a la maternidad. Asi fue que el día 17 de octubre del año 1947 nace la primera hija del matrimonio, Ana Stefko. Al llegar al hospital empezaron los problemas, porque a Rafaella le costaba mucho comunicarse con los médicos porque no sabía hablar español, pero tuvo mucha suerte, ya que la partera era hija de inmigrantes italianos. Esto fue de gran ayuda para que el parto transcurra de manera más relajada y con mucha más tranquilidad. Por este motivo y en forma de agradecimiento hacia aquella mujer, el matrimonio decidió bautizar a su hija como Ana y convertirla en su madrina.
A los pocos días de haberse convertido en madre, Rafaella recibió la visita de la esposa del gobernador de aquel entonces. Esto se debió a que ella se convirtió en la primera mujer inmigrante que llegó a Argentina embarazada y que dio a luz luego de la Segunda Guerra Mundial. También, debemos tener en cuenta la fecha de nacimiento de Ana, ya que en Argentina es el día de la lealtad peronista en Argentina.
Una vez en Argentina, el matrimonio decidió cortar lazo con sus países de orígenes. Jamás regresaron a Italia ni a Polonia pero sí estuvieron en contacto sus familiares durante mucho tiempo y jamás perdieron las costumbres que trajeron del viejo continente.
Trabajo, sudor y esfuerzo
Tanto Rafaella como Karol siempre fueron personas trabajadoras. Una vez instalados en Argentina y con Ana recién nacida, la familia Stekfo empezó su vida en la ciudad de La Plata. Él trabajó un tiempo en una estancia llamada La Paloma, en la localidad de Lisandro Olmos. Luego de algunos años se mudaron a una pensión donde convivieron con otras familias italianas.
Con el fin de poder construir y tener su propia casa, Karol pidió un préstamo. Así fue que con sus propias manos y mucho esfuerzo colocó ladrillo por ladrillo y construyó una vivienda en ruta 11 entre calle 123 y 124 de La Plata.
Karol trabajó un tiempo en una constructora que se encargó de construir el Hospital San Martín. Este nosocomio fue importante para Rafaella. Allí empezó trabajando en el sector de limpieza. Años más tarde se recibió de enfermera, siendo ayudante de cátedra y trabajó con importantes médicos de la ciudad. Ana cuenta que en la actualidad muchos vecinos recuerdan a su madre por como los asistía cuando estaban enfermos. En sus tiempos libres Rafaella cocinaba y bordaba.
La prisión de Karol en el campo de concentración de Siberia le trajo graves problemas pulmonares, por lo que debió buscar un empleo que no requiera mucho esfuerzo físico y estuvo durante 26 años como chofer de la línea 506.
Por el exhaustivo trabajo de sus padres, Ana se empezó a hacer cargo de la casa con 11 años. Cocinaba para toda la familia con las recetas que su madre le dejaba. Estas se convirtieron en reliquias para Ana que en la actualidad continúa cocinando las mismas comidas que su mamá le enseñó como conejo, la buseca, bocadillos fiore di zucca con mortadela, timbal de pasta, sopa minestrone y otras tantas delicias que su mamá le enseñó.
Ana Stefko y su fuerte unión con Italia.
Durante su adolescencia Ana Stefko conoció a Omar Antonio Falcone. Este muchacho era hijo de un inmigrante italiano nacido en San’t Elia a Pianisi. Todo empezó como una amistad pero de a poco se fueron enamorado y así fue que se casaron el 19 de abril del año 1969 en la parroquia San José.
Ana formó parte de coros de música italiana y formó parte de la cocina de distintas instituciones de inmigrantes italianos, trabajando en colaboración con otras mujeres que enamoraban el paladar del comensal.
Actualmente es social y parte de la comisión del Centro Molisano San’t Elia . A pedido del expresidente de la institución Félix Colavita, estuvo a cargo de la cocina y reunió a otras mujeres para poder trabajar en conjunto.
Al igual que ella, su hijo mayor Sergio siente un lazo de amor muy fuerte con la cultura italiana. Es director y fundador junto a su esposa Miriam Ravassi del Ballet de danzas italianas Rosabella del Molise y baila desde hace casi 30 años.
Los viajes de Ana a Italia y la relación con sus familiares italianos
Ana Stefko viajó por primera vez a Italia junto a su hijo Sergio y un grupo de molisanos. Tuvo la posibilidad de conocer San Benedetto del Tronto y a varios familiares que le hablaron sobre su madre. También recorrió San’t Elia a Pianisi, un lugar que ama por decisión y no por sangre. Allí conoció a la prima de su marido que tenía casi 100 años. Finalmente, regresó en los años 2013 y 2016.
En un futuro desea volver a Italia, pero esta vez para conocer a una prima por parte de su abuela materna. Se pusieron en contacto por medio de las redes sociales y desde ese entonces tienen un encuentro pendiente. De esta manera ambas buscan continuar construyendo el origen de sus familias.
¡Qué linda nota!