Félix Colavita, su vida relatada desde el corazón por su hija

Se acerca el día del Padre y Patricia nos cuenta la vida de su papá Félix Colavita, a quien recuerda con mucho amor y emoción.

La vida de Félix Colavita en Italia

Félix Colavita nació en Italia el 17 de diciembre del año 1931 en Sant’ Elia a Pianisi, región de Molise. Su infancia fue muy sufrida, perdió a su papa a los 5 años y su familia quedó formada por su mamá Carmina y su hermano menor Andrés.
A partir de esa edad, empezó a acompañar a su madre a trabajar en el campo, para luego intercambiar trigo por harina. De esa forma, se convirtió en uno de los sustentos de su familia.
Con la crisis económica en Europa, Félix decide abandonar Italia y, de esa forma, iniciar una nueva vida en Argentina. Así fue que en el año 1948 y con 17 años subió a un barco para dirigirse al continente americano.

La llegada a Argentina de Félix Colavita y una nueva vida

Una vez en Argentina, Félix se trasladó al Barrio de Villa Elvira donde vivían otros paisanos molisanos. En el barrio vivía su tío a quien le alquiló una habitación. Empezó a trabajar haciendo changas para juntar dinero y  traer al resto de su familia que estaban en Italia. También, terminó el último año de primaria y aprendió a hablar español. Al poco tiempo de llegar al país, se casó por poder con su novia de la adolescencia Ángela Mazzilli.

Con ella formó una hermosa familia y tuvieron cuatro hijos. Patricia es la menor junto a su hermano mellizo.
Con la llegada de su mamá y Andrés, Félix decidió comprar una casa que se encontraba detrás de la Iglesia Santa Rosa de Lima. Allí vivió algunos años con su familia, luego compró dos terrenos junto a su hermano y construyeron dos casas idénticas. Ambos empezaron a trabajar gratis en una fábrica de mosaicos para aprender el oficio. Félix también trabajó en la cooperativa textil C.I.T.A y como maestranza en la Universidad Nacional de La Plata, donde tuvo que renunciar a la nacionalidad italiana.

Un antes y un después en la vida de la familia Colavita

En el año 1975 Ángela fallece. Félix tuvo que hacerse cargo de la casa y de la crianza de sus tres hijos menores. Por fortuna, recibió ayuda de su madre y de su hija mayor que recientemente había dado a luz.
Desde ese momento la vida de la familia cambió para siempre. Patricia no recuerda los días del padre antes de la muerte de su mamá. Los posteriores siempre hacían algo especial para comer, pero para Félix era un día como tantos otros.
En algunas oportunidades intentó rehacer su vida, buscando una compañera que lo ayude, porque su mamá estaba grande y su hija mayor tenía su propia familia. Esto hizo que sea muy cuestionado.
Con la muerte de Carmina, todo se complicó aún más. En ese momento, sus tres hijos menores eran adolescentes y tuvo que enfrentar una separación con una compañera que no fue lo que él o el resto quería.
En el año 2004, la nieta de Félix cumplió 15 años y Patricia logró convencerlo de subirse a un avión para realizar un viaje al sur de Argentina.

De esta manera, superó su temor a volar y volvió a su amada tierra que hacía más de 50 años no regresaba.
Félix les transmitió a sus hijos la fuerza del trabajo pero también se lamentó haber pasado tanto tiempo de su vida haciéndolo. Luego de muchos años de lucha y esfuerzo, falleció en el año 2016.

El recuerdo de su hija menor Patricia

Patricia siempre deseo estar más cerca de su papá, pero él quería que el varón lo acompañe. Algunas veces la llevaba a su trabajo y ella lo disfrutaba porque amaba estar cerca de él. Entendió que compartir con su padre implicaba estar dentro de sus proyectos, como ir a sembrar maíz o papa al campo, los levantaba muy temprano y a ella no le gustaba ir.
Patricia recuerda que su papá se despertaba a las 5.30 horas de la mañana para ir a trabajar. Con una sonrisa les golpeaba la puerta a ella y a sus hermanos, les ofrecía un mate que ella aceptaba con mucha alegría y después continuaba durmiendo.
Algo que también resalta es su empatía. Patricia cuenta que en cuarto año del secundario se llevó tres materias y repitió. Triste y asustada se puso a llorar en la cama pensando que Félix se iba a enojar. Por el contrario, se sentó a su lado, la abrazó y lloraron juntos. Su papá formó parte del Centro Molisano Sant’ Elia. Patricia lo acompaño siempre a la institución de la cual ella sigue siendo parte.
En los últimos años de vida de Félix, compartió varios momentos y charlas, pero lo que más agradece es haber tenido la posibilidad de decirle varias veces que lo amaba y lo quería.
En el año 2013, Patricia empezó a trabajar en ferias vendiendo chocolates y su papá, ya jubilado, iba a su casa para ayudarla a cortar los bombones y envasarlos. También, la acompañaba a la feria un rato y después la pasaba a buscar. Patricia cuenta que su único ídolo fue su papá, con sus defectos y virtudes. Lo caracterizó como un hombre poco expresivo en sus sentimientos, trabajador, luchador y tenaz, con una vida muy sufrida, pero siempre intento seguir adelante.