Pocos saben que en Italia existen minorías étnicas desde hace muchísimos años. Una de ellas es la comunidad ítalo-albanesa, denominada así por ser los descendientes de los inmigrantes albaneses del s. XV. En esta nota te contamos la historia de esta interesante colectividad.
Colectividad ítalo-albanesa
Los ítalos-albaneses, o albaneses de Italia, descienden de aquellos ancestros que tuvieron que abandonar su tierra ante el avance otomano. Los también denominados arbëreshë, se instalaron en las zonas mas despobladas de la Italia Meridional y en Sicilia.
En el continente se concentran en Calabria, especialmente en la provincia de Cosenza. Pequeños pueblos como Acquaformosa, Lungro, San Costantino Albanese en la Basilicata, son enteramente arbëreshë. Lo mismo sucede en Sicilia, en Piana degli Albanesi, Mezzojuso, y otros pueblos incluso fuera de la provincia de Palermo, aunque mas dispersos. Concentrados en estos pequeños pueblos, los albaneses de Italia conservaron la lengua arbëresh, contribuyendo así al mantenimiento de la cultura y costumbres fuera de Albania.
La ocupación de Albania y la entrada en Italia
El imperio Otomano se extendía por todos los Balcanes en el s. XV, y Constantinopla caía en 1453, luego toda Grecia también sería parte de la llamada turcocracia. Skanderbeg, el caudillo albanés muere en batalla, y entonces la población decide migrar a su vecino país. Una vez en Italia, se mantuvieron unidos en la lengua y la liturgia oriental.
No era desconocida en Italia la liturgia bizantina, mas bien lo contrario. Siracusa fue capital de Constantinopla por un corto período, pero durante mucho tiempo la costa oriental de Sicilia estuvo bajo la jurisdicción del patriarcado de Constantinopla. Los albaneses reforzaron la vida monástica y sacerdotal dando nuevos monjes y sacerdotes, se crearon parroquias y monasterios. Durante cinco siglos, en estos poblados, se habló y habla el arbëresh, el italiano y, en el uso religioso, el griego.
Emigrar una vez mas
A fines del s. XIX e inicios del XX, la comunidad ítalo-albanesa se embarcó nuevamente. Pero esta vez, ya no eran los albaneses los que partían, sino ítalo-albaneses. Porque, aún cuando se conserve lengua y costumbres, hay un enriquecimiento retroactivo con la tierra en la que se vive.
Partieron rumbo a Argentina, Brasil y Estados Unidos, como tantos otros italianos. Esta vez, serían ellos mismos el ejemplo de un enriquecimiento cultural triple, pero con una identidad bien definida. En Tapiales, Luis Guillón, Berisso y La Plata, existe una gran comunidad ítalo-albanesa, especialmente de Acquaformosa y Frascinetto.
En La Plata, Claudio de Angelis, hijo de inmigrantes de Acquaformosa, vivió poco más de una década en el pueblo de sus padres. Ayudar en la restauración de mosaicos bizantinos de varios siglos, es apenas una de las impresionantes actividades de la vida cotidiana del paese.
El rito bizantino de la comunidad ítalo-albanesa
Claudio de Angelis tiene un primo en Calabria, un primo hermano sacerdote, pero de rito bizantino. Una de las ceremonias mas significativas es la del matrimonio, a la que le dedicaremos un espacio especial. El arte bizantino se caracteriza por iconografía estilizada, el uso del color dorado, los himnos y ceremonias solemnes y extensas. Y una arquitectura propia, diversa de la latina.
Los ítalo-griegos habían ya tenido una larga trayectoria espiritual en el sur de Italia, por lo que los albaneses no eran una novedad extravagante. Hoy se piensa que el rito bizantino en Italia fue introducido por los albaneses, aunque no es así. En Luis Guillón, el padre Nazariy, sacerdote ucraniano, celebra la Divina Liturgia una vez al mes para los ítalo-albaneses. Esperamos con ansias poder contar con la celebración mensual en La Plata.
Gracias por compartir la información.
Muy buena nota!