El padre Ángel Victorino Colabella, sacerdote y músico, fue uno de los más prolíficos compositores de nuestra ciudad. Conocido por su gran amor al órgano, su generosidad y labor apostólica, el cura organista es recordado por sus discípulos y los amantes de la música académica y popular.
Ángel Colabella, músico platense
El padre Colabella nació en Pergamino en el año 1911, de padres italianos. Siendo muy joven, decidió iniciar su formación sacerdotal en el “Seminario Mayor San José” de nuestra ciudad. El seminario platense contaba entonces con hombres de gran talla intelectual y artística.
Una vez en el seminario, Colabella se introduce en el mundo de piano y del órgano por medio del rector Mons. Rafael Trotta, un napolitano amado por los inmigrantes italianos.
El canto coral y la dirección le llegarán a través de Mons. Rau, gran teólogo y primer obispo de Mar del Plata. Desde este momento, Colabella iniciará su prolífica producción musical, destacándose sobre todo en el órgano.
Pedagogía musical
El padre Ángel Colabella se propuso llevar la música a todos lados y, sin temor a equivocarnos, podemos decir que lo logró.
Sería injusto mencionar a unos pocos, pues sus discípulos y admiradores se cuentan por centenares. Músicos platenses que hoy se encuentran dispersos en el mundo, recuerdan con cariño y admiración la genialidad de nuestro personaje.
En una familia italiana, la ópera se mezcla con la canzonetta, la música académica y la ruda música campesina caminan de la mano por Italia. No es de extrañar que en el padre Colabella, ese torrente de sangre italiana se transformara en una música perenne.
Colabella ofrecía conciertos mensualmente en la Catedral platense, fundó la “Agrupación Organum” y la academia “Marcel Dupré” para el estudio y la difusión de la literatura organística. También fundó una escuela de órgano en la Catedral de Chascomús.
Gilardo Gilardi y Alberto Ginastera, sus maestros
El maestro Ginastera fundó el “Conservatorio de Música y Arte Escénico” de La Plata en 1949. El mismo año, Colabella fundará junto a él la cátedra de órgano.
Se perfeccionará con él, compositor argentino de mayor renombre en América, quién influirá de manera evidente en el estilo de su música.
Colabella fué director del conservatorio platense, teniendo con sus alumnos un trato afable y generoso. Acostumbraba dedicar sus composiciones, obsequiando luego la partitura original. Por esta razón no resulta fácil crear un archivo musical completo de sus obras.
La música de Colabella no se restringe solamente al órgano, pues compuso también obras para ballet y orquesta.
Sus composiciones, aquellas complejas tanto como las que revisten cierta sencillez, están cargadas de sentido. En mi opinión personal, su “Madrigal” es tan sublime como sus complejas sonatas. En el mes de su natalicio, dedicamos armoniosos compases en su honor.
