En unas semanas se acerca el día del padre y Ana María Mantella nos cuenta la historia de su papá, a quien recuerda con amor y cariño.
La historia del padre de Ana María Mantella
Su nombre era José Mantella y nació en Italia, en el pueblo de Maierato, ubicado en la provincia de Vibo Valentia en la región de Calabria.
José tenía 20 años cuando decidió emigrar de su amada tierra. Al ser menor y viajar solo, casi no se le permite el ingreso a nuestro país, pero se le dio autorización porque faltaban pocos días para su cumpleaños número 21.
Al tocar suelo argentino, se dirigió a la ciudad de La Plata, donde empezó a trabajar para traer a su familia de Italia. Su deseo era darles una mejor calidad de vida, ya que Europa se encontraba desbastada por la posguerra.
En el año 1952 y con mucho esfuerzo, logro traer a dos de sus hermanas y a su pequeño hermano Domingo que solo tenía 12 años.
En el año 1953 Jose contrajo matrimonio por poder con María Concepción, el gran amor de su vida. Ella llegó a Argentina al año siguiente.
Juntos formaron una hermosa familia y tuvieron dos hijos, Antonio Agustín y Ana María Isabel.
El hermoso vínculo entre padre e hija
Ana María nació en el año 1959. Ella tuvo una hermosa relación con su padre, a quien describió como un hombre luchador, honesto, protector, cariñoso e incondicional. También, se refiere a él como una persona solidaria, ya que él y los paisanos se ayudaban unos a otros para construir sus hogares.
Desde pequeño Jose era muy trabajador. Fue bombero, jardinero, guarda de tranvía, obrero en una constructora y policía, profesión de la cual se jubiló.
El amor por la familia y el trabajo son unos de los valores más importantes que su papá le transmitió. Ana María recuerda como su padre les leía a ella y a su hermano las cartas que sus abuelos enviaban desde Italia. También, se le viene a la memoria como desde pequeña junto a su familia hacían trabajos en la huerta de su casa..
En el año 1968, el padre de José llegó a Argentina a ver su familia. Se quedó algunos años pero decidió volver a su pueblo que tanto añoraba.
En el año 2004 Jose falleció. Su hija lo recuerda de la mejor manera, con varias anécdotas felices y siempre admirándolo, sabiendo que su padre fue un joven que con tan solo 20 años, subió a un barco solo y dejó su tierra para buscar un mejor futuro para él y los suyos.
Con respecto a su madre, Ana María la definió como una mujer luchadora, amorosa, compañera y cariñosa.
Ana María Mantella y sus viajes a la tierra de sus padres
Ana María viajó a Italia en tres oportunidades. La primera fue en el año 1967 junto a su mamá, allí fueron a Maierato y conoció a sus abuelos, a sus tíos, primos y la casa donde habían nacido sus padres. En esa oportunidad su abuelo paterno regresó con ellas a Argentina.
En el año 2006 regresó con su hija y la última vez fue en agosto del año 2019 volvió con muchos familiares a Maierato, para festejar el cumpleaños número 80 de su tío Domingo.
De su primer viaje recuerda cuando conoció a sus abuelos maternos, a quienes nunca más volvió a ver pero si continuó en contacto por correo.
Ana María aprendió a hablar italiano junto a sus papás y luego continuó estudiando para no perder la práctica. Actualmente, ella sigue en contacto con su familia italiana.
José regresó a Italia en los años 1974 y 1978. Allí se reencontró con algunos de sus hermanos y otros familiares que hacía casi tres décadas no veía.
Ana María tiene su corazón dividido en dos, una parte se encuentra en Argentina y la otra en Italia. Su experiencia en el país europeo fue algo increíble y la hizo conectar aún más con la tierra de sus padres. Actualmente, es socia de la Asociación Italiana Unión y Fraternidad, popularmente conocida como Fratellanza.
Hermosa historia, muchas gracias.