El pesebre en occidente, la iconografía en oriente, expresan el contenido de la fe de los cristianos. En esta nota el día de hoy, te invitamos a conocer algunos aspectos de este tipo de arte. ¡Les presentamos la iconografía navideña!
La iconografía navideña
En la iconografía cristiana, el evento del nacimiento de Cristo es una de las Fiestas del Señor. El ícono de la Natividad de Cristo según la carne, es muy expresivo y simbólico, en él todo tiene un significado.
Destacamos sobre todo la diferencia respecto de la simbología occidental, donde el niño aparece recostado en el pesebre, lugar donde se alimentan los animales. El significado es que Cristo es un rey humilde, en fidelidad al texto evangélico, y que es él el verdadero alimento.
En Oriente, es común ver al niño amortajado en una especie de sepulcro de piedra. En esta representación se deja en claro el sentido último de la encarnación del verbo: La Pascua.
La Navidad es un fiesta que cobra su sentido a partir de la Pascua, y no a la inversa. El Niño Dios viene al mundo para ofrecer un sacrificio.
El buey y el asno
En nuestro pesebre tradicional, se han ido agregando figuras con el paso del tiempo. Son infaltables los pastores con sus ovejas, e incluso se añadieron personajes actuales para simbolizar nuestra participación en el misterio.
Pero son indispensables en la iconografía el buey y el asno.
Incluso en representaciones muy antiguas del nacimiento de Jesús, no aparecen siquiera José y María, pero sí el buey y el asno. ¿Por qué? ¿Qué significan? ¿Son tan importantes estos animales?
En el evangelio apócrifo del pseudo-Mateo se dice que estos dos animales se acercaron a adorar al niño. Así se cumpliría la profecía de Isaías: “El buey a conocido a su amo, y el asno el pesebre de su Señor”. Del mismo modo, la profecía de Habacuc dice: “Te manifestarás entre dos animales”.
Estos textos se escribieron alrededor del s. VII y VIII, mientras que esta representación de los animales se testimonia ya en algunos sarcófagos de las catacumbas del s. IV.
Universalidad de la salvación
El buey, que es considerado un animal puro por los judíos, y acostumbrado al yugo (figura de la ley), representa al pueblo de Israel.
El asno, animal impuro, bestia de carga, representa a los gentiles, a los paganos, a los no judíos, según interpretaciones de algunos teólogos del s. II.
Entonces, la presencia de estos dos animales en el pesebre y la iconografía oriental, representa el reconocimiento del Mesías por parte de judíos y gentiles. Lo mismo que la universalidad de la salvación.
En occidente, esta idea se simboliza en los pastores, pertenecientes al pueblo judío, y en los magos, gentiles llegados desde lejos.
El buey y el asno cumplen una función simbólica de gran importancia en el pesebre y la iconografía. El reconocimiento del Mesías nacido en un establo, cosa que dos animales pueden ver y no aquellos de duro corazón.
