San Antonio Abad es venerado especialmente en la zona meridional de Italia. Te contamos acerca de cómo un santo africano llegó a ser amado por los meridionales.
San Antonio Abad
Antonio nació en el bajo Egipto, precisamente en Comas. Alrededor de los veinte años de edad, decidió vender todas sus posesiones y dar el dinero a los pobres. Luego de esto, se retiró a vivir una vida ascética junto a otros ermitaños, siendo reconocido por todos como un hombre santo.
Pasado un tiempo, decidió retirarse en soledad. El dominico Santiago de la Vorágine en su “Leyenda Dorada” narra curiosas historias de lo que acaeció a san Antonio abad, como las tentaciones del demonio.
Rápidamente su fama se extendió, por lo que muchos hombres se acercaron a él para hacerse sus discípulos.
Por esto es considerado el padre del monacato cristiano, y es allí donde estriba el estrecho vínculo con la Italia meridional.
San Antonio Abad, padre del monacato cristiano
San Antonio abad estableció las primeras normas de vida ascética, dando sabios consejos a sus discípulos. Por aquél entonces había hombres que exageraban sus penitencias, incluso muchos con intención desviada. El santo monje previno contra aquellos falsarios y dejó establecidas muchas prácticas ascéticas.
Así es que se lo considera uno de los padres del monacato cristiano, junto a san Basilio y san Benito de Norcia. Cuando falleció fue sepultado cerca de su última ermita, y se afirma que murió a la venerable edad de 105 años.
En el s. VI sus reliquias fueron trasladadas a Alejandría, donde permanecieron hasta el s. XII. Luego, llegaron a Constantinopla por medio’ de los Caballeros Hospitalarios de san Antonio.
Por último, y debido a la caída de Constantinopla, sus reliquias fueron llevadas a Francia, donde descansan hasta el día de hoy.
El monacato en Sicilia y Calabria
Sicilia y Calabria fueron evangelizadas por san Pablo, que se encontraba en viaje hacia la corte del César. Rápidamente, estas comunidades cristianas recibieron a sus primeros obispos designados directamente por san Pedro.
Se sostiene que la iglesia de Siracusa sea la primera iglesia cristiana de Europa. Así es que el monacato cristiano se hizo presente rápidamente en las regiones meridionales de Italia.
Estos primeros cenobios y eremos, tenían por padre a san Antonio abad. No porque él en persona dirigiera estos monasterios, sino por ser su doctrina la guía segura. De hecho, se sostiene históricamente que gran cantidad de monjes serían de origen sirio y egipcio.
La lengua griega predominaba, y no tardó en hacerse el paso eclesiástico, del patriarcado Roma a Constantinopla. La razón era la mayor afinidad espiritual y litúrgica con oriente.
San Antonio abad en Italia y Argentina
Aunque la latinización de los antiguos territorios bizantinos en Italia no se hizo esperar, eventos históricos fortalecieron la orientalidad.
Con la caída de Constantinopla en el s. XV, numerosos contingentes de albaneses y griegos se dirigieron a la zona austral de Italia.
Hoy forman parte de la estructura eclesiástica dos eparquías: En Lungro (Calabria) y Piana degli Albanesi (Sicilia). También el “Archimandritato del Santissimo Salvatore” en Messina (Sicilia).
Se conserva la liturgia bizantina, y la devoción al abad egipcio Antonio se difundió nuevamente, como podemos constatar en la región de Francofonte, en la provincia de Siracusa.
Muchos emigraron hacia Argentina y Estados Unidos en el s. XX, y en nuestro país se encuentran especialmente en Lomas de Zamora, Lanús y en La Plata. Los ítalo-albaneses e ítalo-griegos no cuentan con una iglesia propia ni clero propio en Argentina.
Tanto en Buenos Aires como en U.S.A. se encuentran bajo la cura pastoral de las eparquías ucranianas.
Foto de portada: Tiene licencia La imagen by San Antonio Abad Parish tiene licencia de CC BY 2.0
Excelente nota. En Luis Guillon fue construida hace no muchos años la parroquia italo-albanesa de San Jorge, atendida por la eparquía ucraniana.